
Hace unos años, se popularizó un conocido libro denominado «El Secreto». Supuso un sonado best seller, aunque desde mi punto de vista, fue un «timotazo»… un timo en forma de pelotazo. Polémica aparte, el libro tenía un componente significativo: «El poder de la visualización y de creer firmemente en tus metas»… y en esto hay parte de razón.
Visualizar tu meta no consiste en un procedimiento mágico, esotérico o misterioso. En el post #4 el Horizonte: fijar objetivos, hablamos de algunas estrategias para definir y alcanzar objetivos. Este post es su complemento.
Proyectar situaciones en tu mente es algo que se realiza constantemente a lo largo del día. Al despertar, es fácil imaginar cómo transcurrirá la jornada diaria. Al planificar un viaje, es fácil que imaginemos con quién iremos, cómo será el lugar donde nos alojaremos, qué comeremos, cómo nos desplazaremos…
La imaginación es uno de los recursos cognitivos más potentes del ser humano. Este mismo recurso está íntimamente ligado a la capacidad de planificar. Imaginar es una herramienta muy útil para anticipar situaciones.
Neurofisiológicamente, no sólo las experiencias vividas sirven para construir conexiones neuronales. También la imaginación las puede producir. Por lo tanto, la practica mental de imaginar situaciones, modifican el cerebro a nivel de las neuronas que la componen. ¿Qué quiere decir esto? Que a nivel cerebral, imaginar es vivir.
Imaginar situaciones en las que conseguimos el éxito en nuestros propósitos, permitirá a nuestro cerebro generar reacciones como si las estuviera viviendo, asociándola a emociones positivas. Imaginar situaciones en las que fracasamos, predispondrá a nuestro cerebro a emociones negativas como la ira o la tristeza, que facilitarán una reacción conducentes al fracaso, auto cumpliendo nuestras expectativas.
En resumen, imaginar propicia que puedas vivir la situación tal y como la has visualizado.
Entonces… si yo imagino correctamente que puedo correr un maratón sin antes haber entrenado para ello y sin haber practicado algún deporte habitualmente… ¿Podré conseguirlo? Rotundamente no. La imaginación es poder… pero no milagro. No por mucho imaginar que soy Superman, hará que vuele… y es aquí donde “El Secreto”, libro que habíamos mencionado antes, falla.
Pero entonces…. ¿Cómo visualizar de forma correcta?
La primera premisa, es entrenar correctamente. Alimentar a nuestro cuerpo y a nuestra mente de estímulos que luego sean fáciles recordar. Sin entrenamiento, no habrá éxito. Con entrenamiento, ayudado de una buena técnica de visualización, las probabilidades de que algo falle, de que nos vengamos abajo, o de que no tengamos la mentalidad adecuada para los objetivos de la carrera, se disminuirán.
Fomenta tu imaginación. En cada entrenamiento en el que tengas buenas sensaciones, imagínate a ti mismo que estás corriendo esa carerra donde tienes fijado tu objetivo. Así es como te quieres ver el día de la carrera!!!!.
Mírate como si estuvieras contemplando una película. Imagina con detalle, en qué condiciones se realizará la carrera ¿Hará calor, o hará frío? ¿Qué llevarás puesto? Visualiza la ropa, su textura, sus colores. Visualiza detalles del tipo ¿Cómo serán los avituallamientos? ¿Cómo es el recorrido? ¿Qué habré cenado la noche antes? ¿Cuáles son las emociones que sentiré en la línea de salida? ¿En qué Km podrán faltarme las fuerzas? ¿Qué estrategia desarrollaré para paliar mis dificultades? Contempla todos los detalles. No escatimes en visualizarte a ti mismo superando los obstáculos que podrás encontrar por el camino, y lo más importante… visualízate cruzando la meta cumpliendo tu objetivo!!!!.
Has de visualizar la situación de forma nítida y real. Aleja cualquier pensamiento negativo. No rumies el fracaso, aléjalo de ti. Visualiza el éxito. Si lo tienes todo previsto de forma, has entrenado y lo has visualizado…. Ya sólo te faltará cruzar la meta!!!!