Hola, soy Mr JC y soy todo lo contrario al prototipo de «Runner» que se conoce. Cualquiera que ve un corredor, o runner como se le conoce ahora, practicando su deporte preferido por el paseo marítimo, verá a personas fuertes, con piernas potentes, corriendo durante horas a una velocidad que cualquiera que no corra estaría deseando parar a los 10 segundos….y yo también. Si me ves correr, pareceré el típico corredor novato, el que observas y al segundo piensas: “Este acaba de empezar a correr, no hay más que ver a la velocidad que va y lo que aguanta». De hecho, cuando salgo a correr con cualquier amigo que practique un poco de deporte (esto es, que no se canse de correr a los 5 min), suele correr MAS RAPIDO que yo. Tienen el concepto de que si yo soy corredor, voy a darles un repaso, y acaban dándomelo ellos a mí. Raro, si yo se supone que soy «el que se dedica a correr».
No obstante, si hablas conmigo, descubrirás que he acabado 4 medias maratones, 2 trails (carreras de montaña) y una maratón. ¿Cómo es esto posible?
Siempre me han hecho la misma pregunta, como es posible, si no aguanto corriendo a nadie, como he podido acabar esas carreras. Yo, hombre de ciencia, intento buscarle una respuesta lo más racional posible, pero no estoy seguro de haberla encontrado.
Maldigo a Darwin y su cruel evolución, cuánto se ha reído de mí.
No tengo una buena genética, empecé en esto de correr porque llegué a un punto en el que tenía 98 pulsaciones en reposo estando tumbado en la cama. Cuando fui a hacerme un reconocimiento médico, antes de empezar a correr, la doctora puso una cara de horror digna de una película de terror, cuando le comenté mi idea de correr la próxima maratón de Málaga. Tengo amigos que no entrenan nunca y luego hacen 10 km en 45 min, yo corriendo desde hace 1 año, aun espero bajar algún día de 55 min. Habiendo dejado claro, que no tengo un físico ni mucho menos favorable para hacer deporte, ¿cómo? Creo que las 2 palabras claves podrían ser: DETERMINACION y VOLUNTAD.
Einstein decía que existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: La voluntad. No podría estar más de acuerdo.
Así que con todo el mundo en contra, mi propia genética y físico diciéndome que desistiera siquiera de intentarlo, en esos momentos recuerdo siempre al genial John Locke, mi personaje favorito de perdidos y su célebre frase: «No me digas lo que no puedo hacer». Y con esa rabia en mi interior y aunque mi cuerpo a veces era más una carga que una ayuda, no me plantee otro escenario que no fuera acabar mi primera maratón, y así lo hice. Sufriendo mucho, sí. Acabando en tiempos que a cualquiera le avergonzaría, también. Pero consiguiendo el objetivo.
¿Con esto que quiero transmitir? Que por muy adverso que sea el panorama, nunca dejes que nadie te diga que no puedes conseguirlo, por muy mal que estés, aunque te cueste 10 veces más esfuerzo que a otros, no significa que no seas capaz de conseguirlo, sólo que tendrás que esforzarte mucho más que otros para conseguir lo mismo. El verdadero valor no está en tener las mejores cartas desde el principio, sino en saber sacarle el máximo partido a las que se te han entregado. ¿Injusto tal vez?, la vida siempre es injusta, cuando antes se acepte, antes se podrá actuar en consecuencia.
Me encantan las metáforas, e intento aplicarlas siempre a todos los aspectos de la vida, para que me ayuden a comprenderla un poco mejor.
Cada vez relaciono más esto de correr con la vida misma. Hay personas que tienen la vida más fácil que otras, hay personas que si no son ricas no son felices, hay personas que con un simple plato de comida cada día y alguien a su lado ya son felices.
Correr es igual. Hay personas que tienen una predisposición física que les hace que correr para ellos no sea nada del otro mundo, hay personas que si no hacen una muy buena marca en una carrera se sienten desgraciados y en cambio hay otros, como yo, que simplemente con el hecho de poder participar y acabar una carrera y compartirla con sus compañeros, está más que satisfecho. ¿Por qué? Porque quien verdaderamente corre, no compite contra otros, compite contra sí mismo y ahí, es donde siempre tienes que esforzarte en darlo todo y ganarte cada día y, aunque estés a años luz del resto, si te has conseguido ganar a ti mismo, siempre estarás satisfecho. Como en la vida.
Así que aquí estoy, feliz después de haber acabado recientemente la media maratón de Marbella en 2h30min, y con la esperanza de que algún día pueda llegar a acercarme a esos corredores que vuelan sobre el asfalto del paseo marítimo
Mr. JC Sprinter.