Es el primer post que escribo. Me he retrasado porque a mí esto de escribir no se me da muy bien, yo soy más de la palabra hablada, de hecho, mi trabajo consiste en hablar y hablar… e intentar ayudar a los demás.
Hace poco más dos años que me inicié en el mundo del running, con anterioridad había participado en alguna que otra carrera, pero sin mucha continuidad ni preparación previa.
El 8 de enero del 2013 dejé de fumar, y fue a partir de entonces cuando empecé a tomarme más en serio esto de correr. Es más, me ayudó a dejar el tabaco (ese gran esclavo), cada vez que me entraba ansiedad me calzaba las “zapas” y allí que me lanzaba yo al asfalto como una posesa a hacer kms.
Sin reloj, sin tiempo, sin objetivo… bueno sí, el objetivo de no volver a coger un cigarro.
Al principio tomaba como referencia distancias, y cada día intentaba correr un poco más lejos. Me costaba, me asfixiaba y me faltaba el aliento, pero no flaqueé. Durante todo un mes estuve corriendo así. Con distancias y con zapatillas sin ninguna amortiguación.
“Descárgate un programa en el teléfono que te ayude a correr”- me decían los amigos, y “cómprate un buen calzado que te vas a hacer daño”. Y allí que fui yo un viernes por la tarde con mi Edomondo y mis nuevas zapas mizuno, y corrí 16kms desde el Martín Carpena hasta pasado los baños del Carmen y volver. Y pensé “Ostras, que máquina soy” (jjjjj). Y en esas que me apunté a la media maratón de Málaga.
Me apunté a un gimnasio y a un grupo de corredores. Y allí tuve la gran suerte de conocer al que hoy en día es mi gran amigo, confidente y compañero, y por supuesto “el amor de mi vida”.
Él me ayudó en este nuevo reto, en el que también iba a participar. Entrenamos, nos esforzamos y llegado el gran día, la terminamos.
Fue a partir de entonces cuando mi vida tomó un nuevo rumbo y le di un nuevo sentido.
Ya os seguiré contando….
Mrs Boots