Murciélagos. Sí, habéis leído bien, murciélagos. Eso es lo que sentía en el estómago la mañana del 13 de mayo mientras ultimaba los preparativos para partir hacia Ronda. Lo de las mariposas -propias de los nervios o los enamoramientos- son mariconadas, lo mío eran murciélagos asesinos hasta arriba de droga. Y no es para menos, teniendo en cuenta que me enfrentaba al único reto que, hasta la fecha, me había tumbado: completar los 101 kilómetros de la prueba de ultrafondo más mítica de Andalucía.
Muchas cosas han cambiado con respecto al pasado año: para comenzar, no iría solo -o sólo con Mamerto, que viene a ser lo mismo, pues el tío sale a la velocidad del correcaminos-, sino que nos juntábamos allí la friolera de 12 compañeros y amigos del club -Jc, M, Belu, Beatle, Monroe, Lizard, Mountain, Boar, Fartlek Killer, Sebas, Buzo-, más amigos de otros clubes-el insecto palo, amigo de Sebas, Javi y Antonio de los cochinos runners, Alejandro Mena, Alicia Varas, Sevi y El Miarma de Zapas Solidarias-, más familiares y amigos que venían de apoyo logístico -Little, Begoña, Virchy, los padres de Beatle, etc-; además, físicamente iba con unas sensaciones realmente buenas; y a nivel mental, tenía confianza en mí mismo, algo que no tuve en ningún momento el pasado año.
Con estas premisas, quedamos para comer los tres que saldríamos juntos -Jc, Little y yo mismo-, para dar buena cuenta de una carga de hidratos como mandan los cánones -pizza, en éste caso, que Jc y yo ya estábamos hasta la coronilla de comer macarrones.
A la rica pizza oiga!!!!
Conforme nos acercábamos a Ronda, el nerviosismo comenzaba a desaparecer, para incrementarse de forma exponencial la ansiedad que sentía por comenzar. Me sabía fuerte, y quería demostrarme a mí mismo que éste año podía. Además, ver que la lluvia de los días anteriores no había hecho tantos estragos como se predecía era una buenísima noticia.
Al llegar a Ronda, nos dirigimos directamente al polideportivo a recoger los dorsales -momento en el que comenzó a llover, paradójicamente. Uno de los momentos más especiales de esta prueba, sin duda.
Algunas fotos sobre la recogida.
Tras la recogida -y con un más que desagradable incidente con el pobre JC que en ése momento dijo que no corría y se volvía para Málaga-, nos fuimos para la cena de la pasta, en la Alameda del Tajo, a disfrutar del ambiente y del rancho militar. Este año cambiamos a Joan Marc Falcó por nuestro calvito de referencia!
La compañía es mucho mejor que la comida! jaja
Faltaban algunos por llegar, pero eso no era motivo para no posturear un rato!
Día 14 de Mayo. Suena el despertador, y los nervios han sido sustituidos por ganas, muchísimas ganas. Tras el desayuno junto a los cochinos -compartíamos casa con ellos-, pusimos rumbo al campo de fútbol. Y sí, JC también venía: estaba escrito que nosotros compartíamos destino este año!
Foto de grupo. Tras esta foto, abrazos y cada uno a su lugar en el cajón.
Faltaba poco. Instantes. Ya se escuchaba el discurso del Coronel, y JC, Monroe y yo nos reafirmamos en nuestra postura: salir los tres juntos, andando el primer km, y continuar juntos el máximo tiempo posible.
VIVA ESPAÑA!!! VIVA EL REY!!! VIVA LA LEGIÓN!!!!
Y a correr, que esto ya está en marcha! Los primeros kms transcurrieron casi sin darnos cuenta, con una sensación que embriagaba todo mi alrededor. Estaba disfrutando, y mucho, algo que no puedo decir que ocurriese el año pasado. Sin darnos cuenta estábamos casi en el km 5, donde esperaba nuestro sherpa team dando ánimos. Ya en éste momento comenzaron lo que para mí eran buenas noticias: ganas de orinar. Significaba que los riñones, en principio, irían bien.
Nada más salir de Ronda nos encaminamos hacia Navetas, donde volvimos a ver a nuestras animadoras particulares, y nos dijeron que M y Belu iban clavando su tiempo previsto. A la salida de Navetas, en el km 25, habíamos clavado nuestro parcial previsto -3h30′- y paramos para revisarnos los pies y comer algo -un bocata de jamón serrano y aceite del tamaño de la pata de un burro.
No hay ampollas, Sí hay hambre!
Este fue el mayor error y la mejor lección que aprendería durante el fin de semana JC: NO COMERSE UN BOCADILLO MÁS GRANDE QUE TU BRAZO SIN ESTAR ACOSTUMBRADO A ESO! Y es que al pobre se le indigestó el bocadillo y estuvo desde el km 28 hasta casi el 40 pasándolas putas.
Pero no adelantemos tanto. Al salir de Navetas y pasar la vía del tren, enfilamos la llegada a Arriate por una bajada asfaltada que hacía chirriar las rodillas. Y en ese momento llegó mi primer percance de la jornada: el ataque del mosquito asesino, que no tuvo otro sitio donde cobijarse que dentro de mi ojo.
Una vez hechas las labores de enfermero por JC, entramos en Arriate -este año era novedad el recorrer el pueblo por dentro-, donde fuimos recibidos por una multitud de lugareños de lo más cariñosos, así como por los padres de Beatle -sin duda, les debemos una, porque se portaron como si fuésemos su propia familia.
Enfilada la cuesta de los cochinos, se hizo más larga de lo esperado debido al mal estado de JC, pero nada que un auténtico jabato como él no pudiera superar. Hasta aquí, Monroe iba un poco a la zaga, pero sabiéndose fuerte en las subidas, aprovechó para tirar ella y recuperar un poco de terreno, para que la alcanzásemos luego en el llano. Otra que está hecha de roca volcánica.
Y casi sin darnos cuenta nos plantamos en Alcalá del Valle, donde nos recibió Cepe, de Zapas solidarias, de modo que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente iban sencillamente GENIALES:
Alcalá del Valle, Km 49. Todo va rodado.
El primer golpe mental lo tuvimos en éste momento, a la salida de Alcalá y hasta llegar a Setenil, pues ya veíamos cerca la primera de nuestras metas pero no parecía llegar…hasta que llegó!
Entrando a Setenil. Ya era descontar kms!
Grandes todos, que al final nos pillaron y tó!
Llegar a Setenil de las Bodegas es una sensación indescriptible. Ese pasillo cual ciclista subiendo al angliru te hace correr como si estuvieras en un 5k, y llegar y encontrarte tanto con gente que esperas como con gente que no esperas -Lauval y Teacher, y Marin que se fue minutos antes de llegar nosotros- no tiene precio.
La única pega que tuvimos fue que hubo mucha cola con las mochilas y nos retrasamos 40 minutos más de lo previsto en salir. Pero, tras un cambio de ropa y una parada en el wc, volvimos a retomar la marcha. La previsión hasta ese momento fue perfecta, pero aquí se fue al garete por una hora. Es decir, teníamos tres horas para llegar al cuartel (19 kms), cuando yo había previsto cuatro. Y encima era un trozo en el que sabía que me iría muy mal mentalmente, pues el año pasado lo sufrí muchísimo y me tuve que retirar al poco de empezarlo. Aquí comenzaron su enorme labor JC y Monroe, que no me dejaron pensar en nada negativo.
Aún de día -el año pasado ya era de noche- enfilamos la cuesta que nos llevaba hasta chinchilla -km 67-, donde me retiré el pasado año, y eso me hizo venirme arriba de una forma inusitada. Monroe empezaba a quejarse mucho de su rodilla, y empezaba a agobiarse al no poder seguirnos. Esto, unido a que nos dieron caza el grupo de Sebas, Insectopalo y Beatle, que nos hizo salir cual guepardos a su búsqueda para adelantarlos nuevamente, hizo que Monroe decidiera quedarse rezagada. Con todo el dolor de mi corazón, la dejamos allí -a sabiendas de que el grupo que venía detrás la recogería, pues iban a un ritmo más conservador-, pero no era bueno para ella ir agobiada ni bueno para nosotros ir más lento, pues empezábamos a notar las horas en el cuerpo.
Así, tras encarar la larguísima bajada hacia el acuartelamiento de Montejaque, nos plantamos allí -con una pájara curiosa del que suscribe, que casi se queda dormido bajando-, donde hicimos la última parada para reponer fuerzas junto a nuestras sherpas, que estaban esperándonos. Lo mejor de todo: nos confirmaban que M y Belu iban en tiempo de sub 13 horas, y que los cochinos iban también como tiros.
Aquí me empezaba a encontrar bien de nuevo.
Cayó el perrito, el arroz, el caldo, el bollo de crema…Si por poco no me como también a la cocinera! jaja
Empezaba lo que sin duda iba a ser el baile con la más fea…aunque debo reconocer que tenía ganas. Nada más salir del cuartel, enfilamos la bajada que nos llevaba hasta Montejaque para comenzar con la famosa subida a la Ermita. Salvo el último tramo, la verdad, no me pareció tan dura cómo la pintaban; no opinó lo mismo JC, que comenzó a quedarse dormido por el camino debido a una pequeña bajada de azúcar.
Tras coronar, bajada en zig zag -espectacular-, llegada al avituallamiento, café calentito, y a correr dirección Benaoján a lo que dieran las piernas. Quién me lo iba a decir a mí, corriendo a 5’40 por km tras más de 80 en las patas… Una vez en Benaoján cambiamos las pilas a los frontales, y enfilamos la subida al llamado País del Barro. Y PUTO BARRO! Tardamos más de 20 minutos por km, entre resbalones y caídas; pero, como buenos bichos runners a los que nos gusta la épica, salimos de allí ilesos y corriendo como locos en la primera subida sin barro que vimos para entrar en calor.
Pasaron despacio los kms siguientes, hasta que, por fin, nos vimos en la famosa cuesta del cachondeo -que no me pareció ni tan dura, por cierto- donde nos esperaba Little para acompañarnos en nuestros últimos instantes de carrera, corriendo a lo largo del Tajo y hasta llegar a la Alameda.
18h10’53» marcó el crono al llegar. LLEGAMOS, JODER SI LLEGAMOS! Este año se hizo justicia!
Las caras lo dicen todo
Más feliz que una perdiz vieo!
La verdad, pensé que me hartaría a llorar si cruzaba la meta, pero estaba tan en shock que fui incapaz. No os hacéis una idea de la alegría tan inmensa que me dio ver en meta esperándonos a M y Belu -y obviamente a Little, sólo que esta alegría fue un km antes jaja-, los cuales esperaron 5 horas tras llegar -hicieron 13h15´al final- para vernos llegar. Como no podíamos con nuestro cuerpo, nos fuimos a cenar…y vuelta a esperar hasta ver llegar al último compañero!
PORQUE LLEGARON TODOS!!! Conforme pasaron de las 19h30´de carrera apareció Fartlek Killer con su grupo de NSB, y justo después Monroe, Sebas, e Insectopalo. Para acabar llegando, tras 20 horas, Beatle y Boar, para el cual solo puedo tener palabras de admiración, pues no siendo las mejores circunstancias y con los pies destrozados tuvo cabeza y COJONES para acabar.
El desayuno de los campeones jajajaja
Comida post 101, a reponer y posturear!
Agradecer a todos nuestros patrocinadores por ayudarnos con ésta aventura -en especial, Dani Pérez, que nos supervisó el entrenamiento, y Marian, de Qi Center, por dejarme las piernas y la espalda como nuevas para la gran cita-, así como a todos los que nos seguisteis y apoyasteis desde la distancia.
Pero, muy especialmente, agradecer a Sissi y Eli por su apoyo durante toda la carrera, a Lauva, Techar y Marín por venir a vernos y dar ánimos, a M y Belu por esperarnos en meta pese al cansancio -cuando otros no lo hicieron- y a Little, porque se levantó la primera y se acostó la última, animando hasta el final pese al frío y el cansancio y a no comer apenas en ese día.
Nos vemos el año que viene!
Mr Law