Después de leer “Crónica de la maratón de Sevilla 2.015” por Mr. Law, no os puedo contar nada nuevo. Lo ha clavado.
Todo lo que cuenta en su post ocurrió tal cual, aunque se le olvidó mencionar…….que unas chicas perjudicadas por el agua misteriosa nos preguntaron si éramos enfermeros y hablar sobre el asunto de la vaselina en su habitación. Por qué? no lo sé, igual no quiere que nadie lo sepa 😉
Bueno…….fuera de bromas y una vez hecha la introducción, os voy a contar como viví el antes, el durante y el final.
La historia empieza tal que así………
Una vez finalizada la IV edición de la Maratón de Málaga en diciembre’14, Mrs. Boots y yo fuimos a ver a nuestro gran amigo Juani Sarria a Bikila Málaga (tienda de running). Allí conversando sobre las sensaciones de la carrera y entre guasa y bromas con Mr. Boar (este miraba unas zapas) Juani nos dice como el que no quiere la cosa…… “pillando estas zapatillas te regalan el dorsal para la maratón de Sevilla”.
Para qué dijo nada, en menos que canta un gallo, mi mano agarró el teléfono e informó de esto al resto de la manada……pasadas unas semanas, y después de algún que otro contratiempo, 4 Bichos estábamos inscritos: Mr. Boots, Mr. White, Mr. Law y un servidor, Mr. Anfibio.
Una maratón en febrero cuando mi reto para este año es acabar un Triatlón MD pues como que no…… pero ya me había comprometido, así que ahora tocaba cuidarse y no lesionarse.
Llegado, y antes de ir a Sevilla, había que cumplir con mi jornada laboral como hacemos todos los runners populares: 8 horas con 30’ para desayunar. Ya de camino a Sevilla, el tiempo no acompañaba. Había niebla, hacía frío, llovía y estaba cansado.
Lo tenía muy muy claro terminarla acompañado de Mr. Boots y que no me pasara factura. Disfrutarla, no en vano está considerada como una de las mejores maratones de Europa.
A las 03:30 a.m. Mrs. Boots tenía puesto un paño de agua fría en la frente. Teníamos que bajar los 38’5 grados de fiebre. 5 horas más tarde tomaba la salida sin ella.
Mr. Law y yo quedamos con Mr. White para ir juntos y terminarla. Media hora antes de la salida estaba dispuesto a intentar bajar de sub 4 h., o al menos intentarlo.
9:00 horas de la mañana y dan el pistoletazo de salida……
Durante unos metros corrí solo, a lo lejos vi el globo de las 4 h. y allí que me acoplé. Fue una decisión acertada aunque en ese momento no lo supiera.
-“Hola soy Juan y tu?”
-“Yo Emilio”
-“A 4 horas no?”
-“Sí”
-“Pues aquí me quedo contigo”
Nos dimos la mano y comenzamos una carrera que terminaría en el km 30. Hasta ese km tuve una liebre para mí solo (mi percepción).
No sé cómo, pero en dicho km vino a mi mente esta frase “Los que no arriesgan no tienen recompensa” y apreté hasta llegar a meta.
El final es predecible, recogí la medalla de finisher y el poncho de plástico para no enfriarme, fui en busca de Emilio (liebre), de Mr. Law y Mr. White.
Emilio y yo nos fundimos en un fuerte abrazo cerca del arco de meta. Es anecdótico y sorprendente como una simple carrera puede conseguir esto.
Momentos después vi como mis compis entraron en meta rebajando ambos su mejor marca personal.
Chapó por ellos y por Mrs. Boots que aun estando débil se acercó al estadio para verme (nos) llegar.
Las circunstancias no permitieron que ella corriera la Maratón.
El próximo año intentaremos estar de nuevo en el arco de salida.