¿Por dónde empezar la crónica de la Media de Torremolinos de ayer si no la he corrido?
Bueno, realmente si tenía dorsal, si pasé por el arco de salida, si hice uso de los avituallamientos y si completé todo el recorrido, pero no con una estrategia similar al resto de corredores.
¿Os suena verdad?
Es el principio de una crónica que apareció aquí en esta misma página hace solo unos días, yo tampoco la corrí, la volé y no es que hiciera un tiempo estratosférico sino que estuve flotando desde la 9 y cuarto en que llegué al arco de salida hasta hoy cuando he saludado a otro corredor de Torremolinos que me he encontrado en un supermercado junto a mi casa.
El tiempo para mí un poco frío y ventoso je je, el otro tiempo, el del cronómetro, me da igual.
Me enfrentaba a mi primera carrera en solitario y quería terminarla, creía que iba solo, pero ahí estaban ellos, los bichos runners.
Sin querer molestar tímidamente me cole en la foto que se hicieron con la AECC y me coloqué con ellos en la salida, y me propuse correr a mi ritmo durante poco más de dos horas.
Cada uno llevaba su historia y cada uno llevaba su ritmo.
Mr Law me ofreció hacerme de liebre, iba a ir a 1 h 50′ más o menos, un ritmo al que yo no iba a hacer frente (además quien puede seguir una liebre tan grande), eso sí, me prometió bajar a por mí a la cuesta de las Mercedes cuando terminara, yo ni intente pegarme, seguí a mi ritmo
Km 2, primer paso por la línea de meta, más o menos 12 minutos, me hizo mucha ilusión ,allí salude a mi amigo Antonio y continúe corriendo yo solo intentando seguir a un ritmo cómodo, por algo elegí el nombre Mr Slow con objeto de terminar la carrera.
A la altura del kilómetro 3 escuche tres voces:
-¿Luis te vienes con nosotros? y ahí hubo tres bichos con los que fui todo el camino y de los que aprendí tres lecciones.
Un bicho nunca se rinde.
Un bicho no abandona a un compañero que lo necesita por hacer mejor tiempo.
Los bichos que más saben transmiten su conocimiento al resto.
Durante la carrera disfrute de mi pueblo, de las calles conocidas, del público que nos animaba y de los conocidos que fui encontrando en mi camino, y a mi mente llegaron los momentos y los compañeros de entrenamiento que estaban en otras carreras.
Solo tres cositas más para no extenderme: km 17 un bicho que se descuelga para esperarnos y hacer la gran crónica de la carrera en imágenes; km 18,5 cuando llegué al avituallamiento de Cáritas en el que estaba mi familia y que me hizo recordar lo afortunado que soy, y por último como bajaron la cuesta de las Mercedes el resto de la manada para acompañarnos en la última recta que nos premia a todos.
Conseguimos terminar. Al final esto va a ser algo más que correr.
El único lunar, mi hija aún está asustada del saludo de Mr Law… y es que no se esperaba ver una liebre tan enorme.
Mr Slow