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UTMB17. Capítulo 1-Previos y salida

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UTMB17. Capítulo 1-Previos y salida

Cuando se escribe una crónica de carrera, entre muchas razones está la de dejar por escrito lo acontecido y tener un registro en el futuro donde poder volver al rincón de los recuerdos y tener parte de las experiencias una vez más en la piel.

En este caso, y por el tiempo de la contienda, con más razón lo de escribir para volver a recordar y no olvidar. Me cuesta escribir la crónica de la carrera, quizás por miedo o por egoísmo, o ambas a la vez.

Las dos noches, el frio, la nieve, el viento helado, las vistas, los dos amaneceres, y ver al señor de Europa vestido de blanco casi todo el tiempo que podía me cuesta sacarlo afuera.

Miedo a recordar los momentos de sufrimiento, que los hubo muy intensos y muy continuos, o egoísmo a tener algo en mí de tanto valor que no quisiera sacarlo y que devaluase su valor.

Hay que ser valiente y enfrentarse a tus miedos, así que os presento a continuación lo que fue, desde mi punto de vista, dar la vuelta al macizo del Mont Blanc en 40 h.

Nota personal: crónicas de UTMB hay muchas en la red, muchas indicando características técnicas de la carrera y datos útiles para otros corredores. 

Para ellos, informarles que en este texto solo encontrarán mis sensaciones y percepciones de la carrera, sin analizar deportivamente la prueba, invitándoles a una lectura comprensiva, relajada y dejándose llevar por el espíritu UTMB.  La crónica de esta carrera, por su longitud la he dividido en tres capítulos.

Previos. 

Todo es perfecto en el valle. Desde el mismo momento en que te adentras en su  cauce y ves por primera vez el Mont Blanc. Te atrapa, no puedes dejar de mirarlo, él allí arriba, tú aquí abajo. Blanco, todo blanco.  Esa es la imagen que tengo de aquel primer contacto.

Al entrar en Chamonix es donde te das cuenta donde estas. La cuna del montañismo lo llaman, y con toda la razón.

La historia la acompaña, y el paraje es indescriptible. Verde, blanco, montaña, árboles y él siempre allí arriba, vigilante en todo momento. Es difícil pasear por las calles del pueblo y no girarte para contemplarlo, cruzas la calle y ahí esta, sales de una tienda y allí sigue, es omnipresente y no dejas de pensar que en unos días estarás rodeándolo y sobre todo, a su merced.

Los dias previos el tiempo es agradable con un viento fresco de montaña

Intentas no pensar en el día de la carrera, mejor disfrutar del ambiente, de cruzarte con corredores profesionales que los he seguido en sus carreras desde la distancia durante años y que ahora me los encuentro en la calle, unos vienen de comprar, otros acaban de llegar al mismo aeropuerto, otros cubren sus obligaciones comerciales y otros simplemente pasean.

La comunidad de deportistas de élite en las carreras de montaña es reflejo de lo que significa este deporte: sencillez.

Los paras, muchos se sorprenden que les reconozcas, les pides una fotografía con ellos, comentas la carrera, unas risas y nos deseamos suerte. Así de simple.

Os dejo a continuación para resumir esos días previos algunas fotografías con comentarios para poder transmitir de manera directa que es la previa de la UTMB.

I Love This Game

Equipo preparado y todo el material a punto para la fiesta, revisado una y otra vez.

Feria del corredor con stands de todas las pruebas del Ultra Trail World Tour.

Feria del corredor: Disney trail

Disfrutando de Chamonix los dias previos, trote ligero por el paraíso del trail

Los días transcurren entre  ver las otras carreras de la prueba, reconocer el terreno, visitas a lo visitable de la zona y  compras en la feria del corredor.

Impresiona ver todas las bolsas de vida que se entregan a la organización. Más impresionante es cómo se recojen y te la dan justo al acceder al avitaullamiento de Courmayeur

En la recogida de dorsales es donde todo aquello que habías leído sobre la organización y el trato al corredor toma su pleno sentido: todo funciona a la perfección.

La carrera.- Primeros kilómetros

Como suele ser habitual en mí, y como ingeniero que soy, todo debe estar bajo control antes de empezar.
El rutómetro estudiado por sectores, analizados los terrenos por medio de videos, crónicas de otros corredores y ajustado al máximo para tener una visión general de lo que debiera ser la carrera, incluso considerando incidencias de carrera.

Rutómetro a seguir con mucha incertidumbre por desconocimiento en vivo del terreno y la altitud de carrera

Desde el día antes de la salida, y con la meteo complicada que se esperaba, ya la organización te tiene informado en todo momento de los cambios de la carrera, donde ya se anticipaba que el clima de la prueba sería muy coplicado

Información de la organización estilo UTMB.

Con tiempo me voy a la salida para coger posiciones delanteras y evitar aglomeración de corredores en abarrotadas las calles de chamonix.

En la pequeña plaza junto a la iglesia, multitud de corredores ya estaban esperando casi 2 horas antes, sentados en el suelo esperando la llegada de la élite, mientras los speakers animaban la espera.

Empiezan los primeros sonidos de la canción que todos queremos escuchar allí: La conquista del paraíso.

Canción que todo corredor de montaña quiere escuchar cerca de la pequeña iglesia de Chamonix un Viernes de finales de Agosto

A pocos metros por detrás de la cabeza, de pie miro hacia arriba y veo ese arco que tanto he querido cruzar un día como hoy. Y allí estoy, como yo quería en el momento que quería.

Con la música acompañando mis recuerdos de estos casi tres años, recuerdo los primeros meses de esta aventura, los amigos que me han acompañado a lo largo de este tiempo, Los entrenamientos largos y solitarios, los madrugones casi todos los domingos, de pensar y repensar siempre en este día con la confianza de que podía conseguirlo, y allí estaba.

«!Lo has conseguido cabrón, ya lo tienes!»- me repito una y otra vez para darme cuenta de que sí, esto era real.

Las lágrimas empiezan a brotar en mis ojos cuando se noto la tensión en el ambiente.  Todos los corredores en silencio, de pie escuchando la música y cada uno con su particular pensamiento. Unos ríen, otros rezan o tienen los ojos cerrados mirándose hacia dentro. Yo miro al frente con los ojos llorosos y no dejo de mirar el arco de salida.

Empieza la cuenta a otras. Me seco las lágrimas, esto empieza ya y hay que terminar el trabajo.

La multitud espera tras el arco, mi familia me dijo que estaba en la primera curva, intentaría verlos aunque sería difícil ya que estaba bien situado y la salida es rápida, con las calles completamente llenas de público,  así que sería complicado fijarme en ellos.

Dan la salida y en unos segundos ya estoy cruzando el mágico arco de salida.

«!Lo he conseguido joder! ¡Si, si!“- me grito para mis adentros y lo cruzo.

En ese mismo momento, en unos segundos, a cámara rápida pasan todos los recuerdos casi sin darme cuenta de forma fugaz, como si hubiesen estado esperando a salir todos a la vez… y me derrumbo.

Las lágrimas  se me saltan sin control  y me cuesta ver, estoy llorando como nunca lo había hecho y una presión en el pecho con sentimientos de felicidad plena me acompañan hacia esa primera curva. Intento buscar a mi mujer pero no veo casi nada, sigo llorando e intento concentrarme en no caerme con tanto corredor.

Paso la primera curva y las amplias calles de chamonix se han convertido en un pasillo estrecho y alborotado dejando el paso justo  a los corredores.

Yo sigo llorando y con esa sensación de felicidad plena acompañándome todo el trayecto. No me lo podía creer, incluso me sentía un privilegiado por vivir aquello de esa manera.

No suelo externalizar mis sentimientos, y en aquella ocasión estaba completamente expuesto a todo el mundo. Me sentía desnudo pero feliz. Esa presión en el pecho junto con el público jaleando y aplaudiendo a los corredores me hacía volar, no sabía dónde apoyaba los pies, corría en una nube que solo al paso de varios kilómetros pude recomponerme y empezar a concentrarme en la carrera, pero con aquella sensación de felicidad plena que me acompañaría muchos kilómetros de una forma muy viva en mí.

Todavía hoy se me saltan las lágrimas al recordar aquel momento que sigue tan vivo como el momento de pasar bajo aquel mágico arco.

Vista del arco de salida mientras esperaba mi momento.

Los primeros kilómetros transcurren entre muchos corredores. Veo muchos españoles, mucho público animando hasta casi llegar al final de la primera subida, la estación de esquí de Le Délevret (km 14). Es en esta primera subida cuando realmente empiezo a ver la dureza de esta carrera.  Tras unos 9 kilómetros de vértigo, donde la emoción del momento y estar entre tanto corredor hace que te dejes llevar por la intensidad de la competición y cuando encaras las primeras rampas vuelves a tu realidad, a buscar tus ritmos de subida controlada y a pensar en todo lo que queda por delante todavía.

Aquí en Málaga, no estamos acostumbrados a este tipo de terreno, no tenemos altos desniveles con pendientes tan elevadas y largas como para estar acostumbrado a esta forma de correr. En general la UTMB no tiene un terreno técnico especialmente difícil, son senderos muy transitados y excepto zonas muy concretas, es relativamente fácil de correr sin excesivo daño en los pies.

Estos kilómetros de subida sirven para ir entrando en carrera, concentrándose en lo que hay que hacer en cada tramo y estar atento a las señales del cuerpo, que por ahora son buenas.

Mientras voy subiendo con los bastones, ya con menos corredores alrededor, veo que el público saluda a una de las corredoras que va justo delante mía. La miro y  leo Nike Trail en su gorra. Cuando me pongo a su altura la vuelvo a mirar y me doy cuenta que es Sally McRae, corredora del equipo Nike Trail USA, una de las “pro” que han venido este año a conquistar Europa desde las Américas.

La reconocí por su gorra trucker cortada en los picos, por haberlo visto uno de los maravillosos videos de Billy Yang donde ella es la protagonista: https://www.youtube.com/watch?v=eHoXgYPvj6o

La vuelvo a mirar y la observo de arriba abajo, no todos los días se puede ir corriendo junto con una estrella del Trail Americano. Va intensa, para arriba, sin bastones, se la ve muy concentrada, y mientras yo allí junto a ella a su ritmo.

¿Pero cómo podía ser?¿Se habrá retrasado en la salida o habrá tenido algún problema? Es lo que me pasaba por la mente, ya que yo había salido al ritmo previsto para este tramo y no estaba en la misma batalla que ella.

Se escuchaba el helicóptero de la televisión que sigue a los primeros, eso me hacía darme una idea de la posición que ocupaba en ese momento, pero ni de lejos podía imaginar donde realmente estaba.

Al paso por el puerto de Le Delevret (km 14) estaba el 312 de la General de 2.300 corredores. Todo iba bien hasta este momento y el primer tiempo de referencia me lo confirmaba: 2 minutos por delante de mi tiempo previsto.Subida a Le Délevret con mis bastones, amigos para siempre

Tras esa larguísima subida, todo un larguísimo descenso hasta Saint-Gervais (Km 21) donde la niebla y la caída de la noche no permite ver bien el suelo. Una bajada vertiginosa por una pista de esquí donde no sabes que es lo mejor, si frenar y cargar piernas o dejarte llevar y dejar a la suerte donde pusieras el pie, empiezo la primera rampa de bajada. «Cosas así no tenemos por Málaga», me decía a mí mismo todavía con la mente más atenta en el entorno que en la propia carrera.

Con cautela pero sin frenar  para no dañar músculos en exceso,  consigo llegar al avituallamiento. Miro el tiempo, 8 minutos sobre mi hora prevista. Esto marcha, aunque solo acaba de empezar, pero empieza bien.

Este avituallamiento lo había visto multitud de ocasiones anteriormente en los videos, cuando los pros pasan por aquí todavía es de día, la multitud los recibe entre gritos y aplausos y ellos apenas se paran a repostar.

A mi llegada todo es igual que en los videos, el bullicio de la gente, la gran cantidad de alimentos y su diversidad (imposible no probar el salchichón y queso local que te ponen) me hacen sentir todo un profesional, sentimiento que por el exquisito trato que tiene la organización al corredor, seguirá durante toda la experiencia UTMB.

Con toda la moral por las nubes y tras salir de un pasillo lleno de niños chocando sus manos vuelvo a la concentración, un tramo de pendiente ascendente llevadera me lleva a Les Contamines (km 31), un avituallamiento muy concurrido desde donde realmente empieza la carrera, ahora es cuando empezamos de verdad la UTMB, empezamos a dirigirnos al primer pico de alta montaña, Croix du Bonhomme, a 2.439 m de altitud. Empezamos de verdad a sentir la montaña de los Alpes en el cuerpo, temperaturas de -9ºC, lluvia y nieve nos esperan allí arriba.

Continuará….

Mr M