Han pasado dos semanas desde el primer capítulo, y ya hay algunas cosas interesantes que contar. Para comenzar, debo reconocer que, teniendo a tiro lo que ha sido la carrera más dura que he hecho hasta la fecha, el primer Trail Sierra de Aguas, en Álora, me dediqué estas dos semanas a hacer entrenamientos de mantenimiento para llegar en óptimas condiciones. O, para ser más exactos, eso hice hasta el miércoles anterior -día 3 de febrero-, que me dio un calentón por las malas sensaciones que estaba teniendo y salí a destrozarme las piernas corriendo. Mentalmente fue un éxito, para mis piernas fue una apuesta demasiado arriesgada.
Tras dos sesiones de gimnasio, un día de natación y, creo, 5 de salidas varias a correr, nos plantamos cuatro locos en la línea de salida del mencionado Trail -Mr Belu, Mr Marín, Mr Primo Pro y servidor- dispuestos a dejarnos las pelotas allí. Y tanto que lo hicimos.
Aquí los Fantastic4
Tras el pistoletazo de salida, puse ritmo crucero y disfrutón, bastones ya en ristre listos para ser utilizados, dejando pasar a todo el que tenía prisa. Me sorprendí a mí mismo al comprobar que el ritmo crucero es bastante más rápido que hace si quiera medio año, aunque el ánimo se vino abajo de repente al tropezar con el primer obstáculo del día: un tapón en una subida que nos tuvo más de 5 minutos parados.
Una vez salvado el primer escollo, enganché a Alejandro Mena y su compañera Angi, de Runns’app, y me quedé con ellos hasta que no quise forzar para seguirles el ritmo; más tarde les daría caza y les tomaría una cierta ventaja.
Entre senderos impresionantes, bajadas embarradas y, sobre todo, subidas que daban ganas de echarse a llorar, me planté en el avituallamiento previo al primer corte, que era en Carratraca, donde hice un mini break para reponer fuerzas.
A ponerme ciego de naranjas!
Y, por las mismas, comenzaba uno de los tramos que peor recuerdo de la carrera: una subida sinuosa, no muy pronunciada, pero sí larga y dura a causa de la arena, que hacía que se hundieran los pies. Por suerte, tras la ascensión, di caza a los dos corredores que tenía delante -era una pequeña motivación que me había impuesto para no bajar el ritmo- y en la bajada me quedé bastante a gusto dando rienda suelta a las piernas, llegando por fin a Carratraca -donde, por cierto, fueron bastante crueles haciéndonos pasar por la puerta de La Fonda de la Pepa!!.
La carita que se te queda después de bajar como alma que lleva el diablo.
Primer corte superado, mejor de lo que esperaba: 3h36′. Tocaba parar, sentarse cinco minutos, tomarse un respiro, informar, comer y beber bien, y continuar. Al partir me encontré con Mr Turtle, que venía de hacer la carrera de 17 kms, el cual me deseaba suerte. Y la iba a necesitar, porque es a partir de aquí donde comienza lo bueno, pues nada más salir de Carratraca toca pelearse con una subida de más de 5 kms que me dejó las piernas más tiesas que un gato de yeso, recorriendo la zona de los molinos de viento, para coronar en el km 32 y afrontar, de golpe, una bajada de 9 kms.
El primer tramo de bajada llevaba hasta el km 36, el segundo corte de tiempo, un tramo técnico que hice a todo lo que daban mis piernas. Quería probarme y arriesgué, y la jugada me salió bien a medias: me vi fuerte, pero al llegar al avituallamiento -con el corte pasado por una hora, llegué en algo más de 5h30′- tenía la rodilla izquierda bastante perjudicada. Tras un breve descanso, y encantado de recibir ánimos de Felipe Navarro, colega de profesión, proseguí la marcha.
De ahí en adelante, lo que tocaba era apretar los dientes y avanzar lo más rápido posible. Podía trotar en llano a un ritmo aceptable pese a la rodilla -a 6′ por km iba bien- pero las bajadas eran un infierno, y en las subidas tenía los isquiotibiales tan cargados que casi me echo a llorar al ver una rampa. Si no llego a ir con los bastones, me quedo en el km 42 sentado en el avituallamiento.
Ahora voy a dedicarle unas palabras al que diseñase el recorrido de la prueba: SI TE PILLO EN ESE MOMENTO, TE JURO QUE TE DESMEMBRO A BASE DE PELLIZCOS, SIMPÁTICO! No se de quien fue la brillante idea, pero el hecho es que, con 43 kms en las patas, ponen una subida de 5 kms sin tregua alguna, con un tramo final de subida de 1’5 kms donde había que trepar cual gato. A llorar me puse en un momento de la impotencia, increíble el desnivel de esa subida.
Por suerte, al coronar en el 48 había una bajada de 3 kms hasta la meta, y ahí ya no importaba ni el dolor, ni el cansancio, ni Rita la cantaora: solo correr como un poseso para cruzar la meta lo antes posible, lo que sucedería, tras adelantar a un buen puñado de corredores en la bajada, con un tiempo final de 8h05´49». Muy contento, teniendo en cuenta que buscaba bajar de 8h y que desde el km 36 iba con la rodilla fastidiada. YA PUEDO DECIR QUE SOY ULTRERO! jajaja
Aquí el post carrera con el enano gruñón, que me dio un hachazo en el km 30 y no lo volví a ver hasta la meta.
En cuanto a los demás, Marín se cascó 5h5’´, Belu 6h40′ y Primo Pro algo más de 7. Vaya con el trío la la la, están más fuertes que el vinagre!
Ahora toca recuperar las piernas dos semanas hasta Calamorro, en la cual iré de sherpa de Mr Fartlek Killer en su debut en trail, y, a partir de ahí, a preparar específicamente los 101 kms de Ronda!
PD: debo reconocer que lo que más me dolió no fue la rodilla, sino la pecha de horas que me tuve que pegar calladito sin hablar con nadie jajaja
Mr Law