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Entre montañas y campos de olivo!

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Entre montañas y campos de olivo!

Rondaban los albores de 2015 -a más concretar, el día 17 de enero- cuando, sin esperarlo, me comunicaron la noticia que pensé que no llegaría: había logrado obtener plaza para la mítica prueba legionaria 101 kilómetros de Ronda.

Una vez pasado el shock inicial, tocaba pararse a planificar. ¿Cómo haría para preparar una prueba de tales características? ¿Con qué otra prueba podría contar como tirada máxima en la cual probar absolutamente todos los aspectos a tener en cuenta el día D? Sin dejar pasar más que unos breves segundos, se me vino a la cabeza la respuesta: Desafío Sur del Torcal de Antequera.

De ese modo, ya entrados en Marzo -pues preferí ver qué tal salía del Maratón de Sevilla antes de hacer locuras- me inscribí a la maratón de montaña de Antequera -ultramaratón más bien, pues superaba en casi un kilómetro la distancia de Filípedes.

El objetivo de la prueba no era llegar lo antes posible a la meta, ni mucho menos; la meta era llegar a la meta a un ritmo promedio igual o inferior a 8 minutos y 55 segundos por kilómetro -el promedio para hecer 15 horas en los 101-, llegando con mucha frescura, y habiendo probado exhaustivamente todo lo susceptible de probar: material, alimentación, ritmos, hidratación, pulso cardíaco, etc.

Así las cosas, llegó el día previo a la carrera, y no fue hasta bien entrada la tarde cuando tomé conciencia de lo que realmente iba a afrontar: UN MARATÓN!! Por mucho que fuese en montaña, por mucho que fuese una prueba…hasta las 10 de la noche no fui realmente consciente de la dureza de lo que me esperaba -y debo pedir perdón por pagar mi enfado con quien no tenía culpa de ello. Muy frustrado, enfadado y con una cena poco deseable para lo que debería ser la cena previa a este tipo de pruebas, me fui a dormir, y por suerte concilié el sueño como un bebe.

Debió ser el karma, o la madre que lo parió, pero mi mal genio de la noche anterior lo pagué quedándome dormido -empezamos bien- por lo que tuve que desayunar con apuros y salir pitando a por Mr M, el cual me llevó directo hasta Antequera. Una vez allí, nos cambiamos -MAMERTO, MALDITA SEA TU ESTAMPA, TE GUSTA PONERME NERVIOSO CON ESO DE CAMBIARNOS SÓLO 20 MINUTOS ANTES!-, dejamos las mochilas en el guardarropas y calentamos un poco.

A escasos instantes del pistoletazo inicial nos encontramos con tres componentes del equipo de los cuasi, Yolanda, Bernardo y Eduardo, con quienes compartí los primeros 7 kilómetros de la prueba -como suponía, Mr M salió como una exhalación.

La prueba, sencillamente, espectacular. En esos primeros kilómetros, pendiente ascendente por cierto, llevamos un ritmo más alto del que yo pretendía llevar. No es que no pudiese seguirlos, es que, sencillamente, no era mi guerra ese día: tenía que mentalizarme a que no serían 43 sino 101 kilómetros, tan sólo así podría cumplir mi objetivo. Y así lo hice.

Con lluvia, frío y mucho viento iniciamos la primera ascensión, en un terreno de piedra muy resbaladiza. La verdad es que todo merecía la pena sobremanera, pues correr por el paisaje cárstico atravesando rebaños de cabras, ovejas y vacas, no tiene precio.

En cada avituallamiento cumplí a rajatabla con lo previsto, tomando pastillas de sales a cada hora y media y comiendo todo lo que ponían -pan con aceite, naranjas, plátanos, pastelitos, o frutos secos que yo mismo llevaba.

Hasta el km 20 todo iba de lujo: 2 horas y 48 minutos, lo que suponía casi 20 minutos de mejora sobre el Trail Montejaque y llegando con mucha más frescura, superando por muchísimo el ritmo límite previsto -la media no llegaba a 8:20 min/km. Sin embargo, desde aquí hasta el km 33, un tramo prácticamente llano salvo los 3 kms de la segunda ascensión, se produjo la debacle total: el terreno estaba embarrado hasta el punto de ser casi incapaz de andar siquiera, por lo que tuve que ralentizar demasiado mi ritmo.

La solución al problema fue sencilla: avanzar como pudiese en llano y trotar las subidas hasta el límite de las 160 ppm -lo cual no daba para mucho, pero algo era algo. Por lo que, al llegar al km 33 y acabarse relativamente el barro, me lancé como una exhalación a recortar tiempo, aunque sin pasarme de mi plan previsto -150 ppm de media-, logrando recortar finalmente desde los 9:40 min/km que llevaba en el km 33, hasta los 8:53 en que entré en meta, para un tiempo final de 6 horas y 31 minutos.

Objetivo cumplido: material probado satisfactoriamente, la alimetación está bien calibrada, las sales funcionan, los ritmos son los correctos…Los 101 kms de Ronda nos esperan!

Tan sólo decir una cosa para finalizar: Mr M es el puto crack, se clavó la carrera en 4 horas y 55 minutos. Siento hacerte esperar siempre, pero eso te pasa por correr tan rápido!

 

Como no, finalizar agradeciendo a nuestros sponsors por su colaboración:

Qui Center

La Cervezoteka

Arrocería Tik Tak

Colegio de Gestores Administrativos

Podología la Paz

Cuvel

Daniel Pérez Run

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Nos vemos en la próxima!

Mr Law