Veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino.
Pues en estas dos últimas semanas ya hemos empezado con el específico (12 semanas) de maratón. El reloj empieza a imponer su ley en muchos entrenos y aumentan los kilómetros y la dureza. De momento, satisfecho con el avance! Esta última semana ha sido bastante dura, además de arrastrar alguna molestia en la espalda por un mal movimiento el jueves por la mañana, y algo (bastante) de sueño, los 5 entrenamientos de esta semana se han cumplido con buena nota a pesar de los ritmos exigentes (bien porque tocasen series, bien porque fuesen rodajes con alegría); poquito más de 80 kilómetros en 5 sesiones, muchos de ellos de calidad… telita!
Sin embargo, los momentos que voy a destacar son otros…
Hacer el loco pero sin locuras… la salud primero, y cada año compruebo que todo esté en orden en el motor. Ok de mi cardióloga para seguir haciendo el loco! 🙂
Aunque yo ya no puedo donar, no me podía perder el evento solidario, y estuve acompañando y apoyando a los compañeros. Sois puro corazón!
Un poco de salsa picante para aderezar los entrenos… después de más de 2 meses volví a ponerme un dorsal y ponerme a prueba! Y además, siempre, la oportunidad de compartir las alegrías de l@s compañer@s!
E incluso sin competir, también se disfruta animando a mis Bich@s en la línea de meta!
Dicen que lo más duro de una maratón es entrenarla… bueno, es un dicho, y yo pienso que sí y y que no. Muchas horas de esfuerzo, sacrificar otros momentos, la comprensión y apoyo de la familia, castigar al cuerpo y acostumbrarlo a recuperarse rápido, constancia, salir a por tu dosis como un yonki haga frío, calor, lluvia, viento, terral, humedad o un día espectacular… es sacrificado entrenarla en busca de un objetivo, sí. A veces te haces la pregunta… ¿para qué?… y tiene una respuesta sencilla: esto es la vida. El ejemplo es la mejor enseñanza… compartirlo con ellos será mi premio:
Mr. TEE