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Crónica de una muerte anunciada

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Crónica de una muerte anunciada


En pleno auge de kilómetros en la preparación de la Maratón de Málaga, se cuela la Media Maratón de Marbella en los planes de entrenamientos. Como es obvio, cada cual se lo toma según le apetece: hay quien opta por seguir un entrenamiento  pero acompañado por 2500 personas más y en un más que espectacular paraje, hay quien sale a competir, y hay quien sale a darlo todo y buscar su MMP. Como es lógico, en tan heterogéneo grupo como el nuestro, nos encontramos con todas las situaciones.

Siete fuimos los participantes en esta presente edición: Mr. Iron Gus; Mr. Lizard; Mr. JC Sprinter – aka Mr. Fucker-; Mr. Anfibio; Mrs. Boots; Mrs. Rayban; y quien escribe Mr. Law.
 Comenzó la aventura el día previo a la carrera, ya que habíamos quedado todos –a excepción de Gus, que por motivos personales no pudo apuntarse- para recoger el dorsal y compartir un buen rato de charla y de té –con miel, sin azucar, y siempre ecológico, pues nuestro eco-nazi particular nos tenía vigilados. A las 5 de la tarde partíamos desde Málaga para llegar a las 6 a Marbella, recoger el dorsal, pasear por la feria del corredor y tomarnos el ya referido brebaje. Hay que decir que, llevados por la euforia del momento, estuvimos al canto de una peseta de inscribirnos en la primera edición de la Media Maratón de Tánger –Mrs. Boots y un servidor estamos más locos de lo que parecemos a simple vista.
Hasta aquí la parte amable de la crónica. En éste momento, llegados al día D, la historia pasa a ser algo más que una simple crónica anecdótica, pasando a ser una verdadera historia de sufrimiento, superación, constancia, fuerza de voluntad, compañerismo, y porqué no decirlo, COJONES.
Nos encontramos frente al arco de salida poco después de las 9 de la mañana, donde habíamos quedado para calentar. Previo paso por el WC para evitar nervios de última hora, nos encontramos con Gus y Lizard y nos pegamos dos kilómetros de calentamiento.
Cada cual tenía sus objetivos en esta carrera: Gus y Lizard buscaban su MMP; Boots y Rayban iban a darlo todo sin objetivo predeterminado; y JC, Anfibio y yo íbamos a entrenar a ritmo de maratón.
Una vez suena la señal de salida, todos empezamos a correr con más ímpetu del deseado –ya se sabe como son estas cosas- rodando a 5:10 el km -20 segundos más rápido de lo planeado. Como fuimos seis participantes, no diré mucho más a título personal, sino que me centraré en narrar los hechos objetivos que pude registrar y comentar las sensaciones de los demás del grupo. Para empezar, el recorrido es un gran fastidio: en los 12 primeros kilómetros hay muchas subidas, lo cual no es nada bueno para las piernas. Luego, una vez llegados a Puerto Banús, un barco ardiendo en mitad del agua hizo que casi se ahogase más de uno y más de dos.
Por lo que respecta a las sensaciones personales, cuando dije en líneas anteriores que se trata de una historia de superación, etc., no lo decía en vano. De los 7 que salimos a meta, los 7 conseguimos cruzarla sin lesiones, pero no exentos de sufrimiento. Las conclusiones fueron las siguientes:
1.- Mr. JC entró en línea de meta bastante después de las 2 horas pero, ojo, casi sin sudar!
2.- Mr. Iron Gus hizo MMP con 1:43 y pocos segundos tras una más que mala semana con catarrazo incluido. Cuando te oí con la voz de Sabina con resaca, sabía que te iba a costar, pero no dudé de que lo ibas a conseguir!
3.- Mr. Lizard estuvo a 50 segundos de conseguir su MMP, pero aún así, dio todo lo que llevaba en la mochila y se dejó la piel sobre el asfalto. Teniendo en cuenta que es asmático, no se puede pedir más (como si 1:45 en media maratón cuando está entrenando para la maratón fuese mala marca!)
4.- Mrs. Boots también logró MMP con 2:01 y eso que iba con el gemelo y el tibial tocado. Que no se diga que las féminas no tienen cojones!
5.- Mrs. Rayban se comió su MMP (4 minutos menos) llegando en 2 horas 30 segundos, siendo asmática. Aquí las mujeres del grupo tienen cojones para dar y regalar!
6.- Por lo que a mí respecta, era ésta una carrera un tanto especial. El año pasado la corrí sin apenas entrenamiento –habían pasado 10 días de la muerte de mi padre- y acabé en la tienda de campaña de la cruz roja al cruzar la meta. Ese lastre mental aún pesaba, y se notó: desde el kilómetro 3 sufriendo como nunca a un ritmo al que no debería, necesitando tomar un gel en el km 8 -7 kms antes de lo planeado- y luchando en todo momento contra mi cabeza. Llegados al km 16, ante el recuerdo de lo sucedido en el pasado año, cuando me dio una pájara que me hizo tener que sentarme en un banco, volví a flaquear mentalmente. Por suerte, al igual que el año pasado fue Mrs Rayban quien tiró de mí, este año ha sido Mr Anfibio quien no me ha permitido ni por un solo instante plantearme siquiera dejar de correr.
Al final, logré cruzar la meta en 1:59:14 -5 minutos más rápido que el pasado año- y lo más importante, con mis piernas en perfecto estado.
7- Aunque sé que no es lo políticamente correcto, dejo a Mr. Anfibio para el último lugar por una buena razón. Entró en 2:01 con Mrs Boots, pero porque me dejó a mí en la meta un par de minutos antes. Este tío es un grande, y quiero darle las gracias públicamente por tirar de mí y no dejarme caer ni un solo momento. Gracias, CRACK!
Una vez recogidas las medallas, tocó bañito en la playa para bajar un poco la inflamación y refrescar el cuerpo; de ahí directos a Puerto Banús a comer pizza y spaghetti, regado con Heineken, y finalizado con un buen Haggen Dazts de postre. No todo iba a ser correr.
 La conclusión que saco de este fin de semana es muy clara. Como ya me advirtió en días previos Mr Banders, la mente hay que entrenarla tanto o más que el físico. En mi caso, me toca ponerme las pilas con ese tema, pues mis tabúes mentales me están impidiendo de forma brutal disfrutar del running y, en general, de la vida. Y un bicho no es un bicho si no disfruta. A correr más, y pensar menos!
Mr Law