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Bautizo de barro

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Bautizo de barro

Domingo 18 de Enero de 2015, 6:45 am, suena el despertador. Por fin, después de más de 1500 kms recorridos a lo largo de 2014 y poquito que llevamos de 2015, parece que llega el gran día de debutar en montaña. Salto de la cama, desayuno -un buen bocata en pan multicereales y zumo, yogur con nueces y algo de fruta-, y para el coche, que Mrs Tatto me espera.

Una vez en la zona de recogida de dorsales, nos encontramos con Mr M, otro de los corremontes cual cabra, que se apunta con su primo -que está más loco que él aún- a subir a la Capitana.

Si hay algo que describa el día de ayer eso es la ÉPICA: frio, lluvia, niebla, viento y barro, muchísimo barro. Desde que sonó el zumbido inicial que daba comienzo a la prueba decidí ir a mi ritmo conservador, pues no sabía cómo podía reaccionar en montaña con esas condiciones y siendo mi debut. En 30 segundos pierdo de vista a mis compañeros de club, y me quedo sólo con mi mp3, sonando Nigthmare de Avenged Sevenfold, cuando antes de darme cuenta comienza la primera subida, la cual encaro con energías y ganas -se nota muchísimo las horas de gimnasio en mis piernas.

Conforme iban pasando los minutos y la lluvia hacía mella en el terreno, la cosa se ponía más complicada para mí, que no soy precisamente un corredor muy técnico. Si le unimos a eso que la altura me da vértigo y que la primera bajada parecía un tobogán, entenderéis todos el porqué del título de este post, y el porqué de que terminase en 3 horas 50 minutos y 13 segundos -ojo, un tiempo nada malo para lo que me esperaba-: bajando iba más lento que subiendo.

Tan sólo puedo decir que, pese a sufrir muchísimo -cuando me vi en el pico de La Capitana con una niebla que apenas me dejaba ver a un metro de distancia casi me da un telele- lo disfruté como un niño chico en un parque de bolas. La montaña pone a cada uno en su lugar, eso es algo que sabía pero que comprobé ayer; y yo tengo claro cual es el mío: el lugar del currante, del sufridor, del que ve una cuesta empinada y piensa en sentarse pero aprieta los dientes y sube hasta que revienten los gemelos. En resumidas cuentas, un BICHO RUNNER, pues esa es nuestra esencia, el trabajo, la constancia y la superación -la genética es cosa de atletas de élite, pero eso no tiene gracia.

Al final, Mr M y Mrs Tatto cumplieron sobradamente -3 horas hicieron, lo cual me da muchísima envidia- y yo conseguí llegar vivo y en menos de 4 horas, por lo cual diré que estoy inmensamente feliz.

 

 

Como diría Mr Iron Gus -el cual se cascó 1h45min en la media maratón de Alhaurín-, CUANDO TODOS SE ESCONDEN DE LA LLUVIA, LOS BICHOS SOBREVUELAN LA TORMENTA.

Hacer desde aquí una mención muy especial a la organización de la prueba -Club Atletismo Rincón de la Victoria- pues estuvieron, sencillamente, de 10, con voluntarios cada 10 minutos animando y señalizando el camino, avituallamientos geniales y completísimos, y un riquísimo batido de aguacate al acabar!! -junto con bocatas de lomo, cerveza, dátiles, fruta, etc. Más de uno debería aprender a organizar así una carrera.

Next stop Calamorro, objetivo 101 kms de Ronda!

Mr Law