Diciembre, desde hace ya unos dos años era el mes de la Maraton Cabberty de Málaga. Y este 2016 no podía ser distinto, y comencé mi planning de cara a la Maratón 2016 para intentar alcanzar esa mmp, pero sobre el mes de octubre se me presento la oportunidad de poder evadirme un poco de la rutina del mundo e irme de escapada con mi novia. Y dado que laboralmente me es un poco difícil coincidir con Carmela en vacaciones pues tuve que descartar (no sin pena) el objetivo de Maratón 2016. Y parece ser que la Maratón también ha querido esperarme a mí este año.
Pero como aquí, uno es un alma inquieta, y aprovechando que este año tenia también casa por Almería, vi una Ultra por la zona de Cabo de Gata, en fecha cercana y posible. Zona que conocía tras varios recorriendo sus innumerables calas y que la verdad que me atraía mucho. Y así fue, inscrito para el 10 de diciembre a la Ultra Costa de Almería 2016. 90 km +1800 m de desnivel, de Aguamarga a Almería en un tope de 17 horas. Una Ultra sin excesivo desnivel, con unos 30 km finales de llaneo pero larga distancia en definitiva. Pues a entrenar se ha dicho.
Amaneciendo en pleno Cabo de Gata
Tras unos 2-3 meses dedicados a afinar hasta ese día, creo que llegué a la carrera en buena condición, soy de los que piensan que siempre se puede afinar más, pero como somos guasones y disfrutones, también nos gusta lo épico. Así que tras bueno ratos de entreno y carreras con grandes bicharracos allí me planté a las 07:00h en Aguamarga, sin más compañero que mi mochila y mi frontal.
A mitad de pelotón, comencé mi marcha, esos primeros kilómetros de subida donde con la noche aún presente y en la serpiente de corredores íbamos tomando algo de altura para después bajar y de nuevo subir por la Cala de San Pedro. Sin duda de los mejores momentos de la carrera, con el amanecer en el horizonte, la mar hecha casi un plato y la postal de los acantilados. Poco a poco tras pasar el pueblo de Las Negras, sobre el km 10-12 fue cogiendo poco a poco mi sitio y ya se iba estirando la carrera.
Subida y bajada a la Cala de San Pedro
Sobre las 3 horas de carrera enfilábamos la que sería la subida más larga y dura, por el barranco de Requena. Ahí con ritmo cómodo y alentado en la posterior bajada en la que me sentiría cómodo fui avanzando. Y en la bajada previa a San Jose, por unos senderos bastantes técnicos pude pegarme a otro pelotoncillo de corredores y pasarlos antes de entrar al pueblo a reponer fuerzas con un plato de pasta y con la mitad de la carrera ventilada.
Salgo de San José (desde donde a las 10:00h se inició la prueba de 45km), con una hora de adelanto sobre mi planning así que animado encaro una de las últimas subidas que tendríamos. Este tramo tras la euforia de salir de San Jose se me empieza a hacer pesado, el calor empieza a caer, me cuesta mucho avanzar, voy solo, sin ningún corredor a la vista, no tengo nadie para ir tomando referencias, con quien poder hacer “la goma”, con quien hablar o distraerme… pajarón gordo durante unos kilómetros. Hasta que acierto que me aproximo a la última bajada pasando el Arrecife de las Sirenas, mis padres, hermano y novia están cerca en el pueblo de Cabo de Gata, sobre el km 60, comienzo a retomar sensaciones y con la gravedad a favor retomo buen ritmo. Veo a mis padres y novia, se me olvidan por un momento los 60 km que llevo en las patas y como no, me tomo una cerveza que me da alas para los siguientes 30 km.
Estos últimos 30 km sin duda los más duros de la prueba, ningún desnivel, carriles bonitos, cerca de marismas, tramos de arena, y siempre la costa a tu izquierda. Ves al fondo de la bahía a Almería pero no llegas. Comienzan a pesar las piernas, vamos haciendo el elástico 3-4 corredores, se hace imposible el aguantar 3km seguidos al trote. El calor ya es otro lastre muy pesado, la arena tampoco ayuda. En estos momentos es cuando la cabeza es la que manda, solo avanzar, solo avanzar, solo avanzar hasta el siguiente avituallamiento. En el km 77 me alcanzan un grupo de 3 donde iba la primera clasificada femenina y me animan a que me enganche con ellos, corren 600 metros y andan 400 metros…aguanto 3-4 km con ellos, pero se me hace imposible aguantar.
Yo y el paisaje…más secos que una mojama a esas alturas.
Entro en la zona de la universidad, ya es asfalto, paseo marítimo, últimos 5 km, último avituallamiento, fuerzas poquitas, ganas de llegar muchas, velocidad de crucero en el caminar y cuando a falta de 2,5 km me llama mi padre diciéndome que apriete que estoy al caer. Veo los focos del estadio de los Juegos del Mediterráneo, retomo el trote, aguanto como puedo y entro en meta en 10 horas 43 minutos. Tiempo mejor del esperado y sorprendentemente en el top 30.
Alegría y orgullo de haber terminado. En los últimos 20 km, en esa soledad del corredor, llegué a dudar de si sentiría ese gozo y alegría al entrar en meta, pero efectivamente, compensa todo el sufrimiento el entrar y decir sí señor, he llegado.
Y hoy unos días después de la prueba, físicamente aun un poco convaleciente, puedo decir que es una prueba sobre la que tenía mis dudas, no tenía referencias casi de apenas nadie, iba solo, y no confiaba al 100% en mis opciones de llegar en condiciones “favorables”. Pero ya puedo decir que merece la pena, el entorno espectacular, organización de 10, avituallamientos de lujo, poco más que pedir. Los que tiramos más pa’l monte es una opción distinta a las carreras trail al uso, mucho acantilado, costa y no excesivamente dura. Ahora, eso si, mi recomendación es hacerla acompañada de alguien con el que puedas ir compaginando la carga mental en esos últimos 30 km (dupla tipo M&Belu en 101), es una prueba de mucho coco por ese tramo final de carrera y por esos largos ratos solos bajo el sol solo con la vista de un carril y una ciudad al final de la costa.
Y para terminar como no agradecer a mis padres y Carmela el fundamental apoyo y animo que me dieron en carrera, y de igual forma el aguantarme durante los meses de entreno. También dar las gracias a todo ese pedazo de grupo de los Bichos Runners por esos mensajes de apoyo alentando, y a todos con los que he compartido y compartiré ratos de pateo por los montes…hay que volverse un bandolero de aquí a nada: Raulillo, M, Law, Juanfran, Belu, Sebas, mi primo Juan, etc etc.
Mr Marín